Colonialismo de Boric: suspende proyecto astronómico chino por orden de EEUU. ¿En dónde radica la soberanía?

Por Jorge Gálvez (Coordinador Nacional del Mov. Soberanistas de Chile)

La reciente suspensión del proyecto astronómico chino en Cerro Ventarrones, en la Región de Antofagasta, marca un hito alarmante en la creciente pérdida de soberanía nacional bajo el actual gobierno de Gabriel Boric. Lejos de tratarse de una mera decisión técnica o administrativa, esta medida es, en realidad, un reflejo brutal del colonialismo modernoun acto de subordinación del Estado chileno a los intereses estratégicos de Estados Unidos.

El proyecto TOM, impulsado por el Observatorio Nacional Astronómico de China en conjunto con la Universidad Católica del Norte (UCN), pretendía instalar un telescopio de alta precisión para estudiar objetos cercanos a la Tierra. Una colaboración científica de altísimo valor que podría haber fortalecido la investigación astronómica en el país. Sin embargo, bastaron unas cuantas advertencias,  presiones y ordenes por parte de altos funcionarios estadounidenses —como la exembajadora Bernadette Meehan y el emisario republicano Brandon Judd— para que La Moneda opte por frenar su desarrollo.

La excusa: supuesta utilización militar encubierta. El trasfondo: la guerra tecnológica y geopolítica que Estados Unidos libra contra China en todos los rincones del planeta. Y Chile, en esta batalla ajena, ha optado por el triste papel de peón obediente.

La Cancillería chilena en manos de Alberto van Klaveren’s conocido por su subordinación a los EEUU, en un comunicado ambiguo y evasivo, se limitó a declarar que “falta detallar el alcance del acuerdo” entre la UCN y la institución china. Como si la falta de precisión jurídica fuera el verdadero motivo. Más aún, se puso en entredicho la cesión de terrenos fiscales por parte del Ministerio de Bienes Nacionales, buscando cualquier tecnicismo para justificar una decisión ya tomada por obediencia ideológica.

La embajada de la República Popular China fue clara: denunció este episodio como una expresión moderna de la Doctrina Monroe, esa vieja política imperial estadounidense que pretende controlar el destino de América Latina desde el siglo XIX. Y no les falta razón. Porque mientras se veta el proyecto chino, otro telescopio con características similares, el LSST (Vera Rubin), financiado por Estados Unidos y también emplazado en el norte chileno, jamás recibió reparo alguno.

La pregunta es inevitable: ¿dónde está la soberanía? ¿Desde cuándo un país con tradición republicana e independiente necesita la venia de Washington para decidir con quién desarrolla ciencia y tecnología?

Lo sucedido en Ventarrones no es un hecho aislado. Es un nuevo capítulo en la peligrosa deriva entreguista del gobierno de Gabriel Boric. Un gobierno que llegó al poder con promesas de autonomía, dignidad y multilateralismo, pero que hoy actúa como ejecutor servil de los intereses geoestratégicos de los EEUU. Hoy se suspende un observatorio científico. Mañana podría frenarse una central energética, una vía férrea o cualquier política industrial que no cuente con la bendición de Estados Unidos.

La soberanía no se declama: se ejerce. Y cuando un país deja de decidir por sí mismo con quién se asocia, con quién coopera y qué rumbo científico, tecnológico o económico desea seguir, entonces ha dejado de ser libre.

El gobierno de Boric, al ceder frente a estas presiones, ha cruzado una línea roja. No se trata solo de política exterior, se trata de dignidad nacional. Porque un país que renuncia a su derecho a decidir es un país que se somete. Y Chile no merece seguir siendo una colonia disfrazada de república.